Antes de empezar, quisiera aclarar que soy una joven con muchos arrepentimientos, y eso no está bien.
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¿Alguna vez te ha pasado, que te encuentras feliz, viviendo el momento, cuando de repente y absolutamente de la nada, recuerdas algo que te frustra, te avergüenza o te entristece?
¿No? Qué suerte la tuya.
¿Sí? Pues déjame decirte que no estás solo.
Honestamente creo que uno no puede dejar ir el paso así por así, muchos dicen que se trata de vivir aprovechando el momento, y nunca mirar hacia atrás. Pero en mi opinión, creo que esto es algo imposible de hacer. Por muy deprimente que suene, más de algún buen evento tuvo que haber tomado lugar en tu vida. Más de alguno. Y apuesto a que sueles recordar estos eventos regularmente.
Pero así como el pasado pudo haber estado lleno de triunfos, seguramente también tuvo muchos fracasos, caídas, eventos que es mejor no recordar, y que son irónicamente los que algunos más recordamos. Y me incluyo porque es justamente esto lo que me sucede a menudo. Me encuentro en determinado momento pensando en algo, y luego ¡zaz!, uno de esos recuerdos llega de la nada a mi mente, y llega para quedarse y dar lata para rato. Pero, ¿qué es lo que sucede? ¿Por qué me "gusta" tanto pasar tiempo en el pasado?
No creo tener una respuesta definida para esta pregunta, pero es que nada en esta vida está resuelto, nada es seguro y nada es absoluto. Ni siquiera la nada lo es.
Dejando de un lado esta mini divagación filosófica, que no tiene mucho que hacer aquí, regreso para intentar resolver a las interrogantes. Considero que pese a producirme vergüenza, tristeza, rencor, nostalgia, melancolía o lo que sea; el pasado de cierta forma de hace sentir viva. Por más obvio que este razonamiento sea, lo encuentro válido para contestar. Recordar el pasado me sirve para darme cuenta de mi participación en el curso de la vida y de las situaciones en las que estuve involucrada. Porque estoy segura que de haber actuado distinto, muchas cosas hubieran tomado un curso totalmente distinto, y quizás no estaría en la posición en la que me encuentro ahora. Cómoda y feliz. A gusto.
Claro que el pasado tampoco hay que tomarlo por sentado. Una de mis mañas, que aunque la considere mala y atosigante, es pensar de qué otra forma -mejor forma- pude haber actuado en determinados casos. Siempre me encuentro perdida en el pasado, pensando en mil opciones que habrían hecho de mis acciones algo muchísimo mejor y memorable. Y es ahí cuando el remordimiento y el arrepentimiento me llevan a un callejón oscuro y sin salida. Me enfurezco por no haber sabido actuar en el momento, pero luego recuerdo una cosa sumamente importante: SOY HUMANA. Los errores son algo de mi diario vivir, y tengo que aprender a acostumbrarme a ellos, a saber manejarlos, pero aún más importante, tengo que saber cómo APROVECHAR MIS ERRORES. Y creo que una vista al pasado, un "mirar hacia atrás" también me permite aprender a hacer esto.
Quizás por eso me encanta vivir en el pasado (claro, sin descuidar el presente por un solo segundo), porque me hace armarme de valor para afrontar la vida de una forma mejor.
Antes de terminar quisiera decir que soy una joven con muchos arrepentimientos, pero que se está esforzando de sobremanera para transformarlos en aprendizaje, fuerza y valor.
Al iniciar dije que qué suertudo si eras de aquellas personas a las que el pasado les vale y nunca lo recuerdan. Pero al final, creo que más suertudos somos quienes sentimos al pasado atosigándonos. Porque nos prepara para enmendar el presente y encarar el futuro.
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