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lunes, 5 de septiembre de 2016

Nublemos el cielo




Vení y ayudame con algo,
que hoy quiero dibujar
en la ventana del cuarto,
lo que quisiera conquistar.

Pero primero hay que fundirnos,
dejar que un abrazo nos haga uno mismo;
y que del calor de nuestro amor,
quede listo un pizarrón.

Nublemos el cielo,
mientras esbozo figuras en tu cuerpo;
espero que al terminar,
veas que no había que empezar.

Con el cielo nublado,
como es nuestra costumbre,
alejados del bullicio,
y de la muchedumbre.

Ensimismados,
tomados de las manos,
y viéndote a los ojos,
te dibujo en los labios.

La figura: una sonrisa
que sale de prisa,
quizás por las niñerías,
quizás por las cosquillas.

Cuando con tu dedo,
disponés ayudarme a dibujar,
te aclaro que mis planes
en tu rostro ya observás.

Con el cielo nublado,
que nos da privacidad,
te revelo mi objetivo:
tu felicidad.




domingo, 13 de marzo de 2016

"Respirando paraíso" - Petén

Cierta vez le dijeron que existía un lugar, en donde el viento y su pelo se pondrían a jugar, mientras el canto de las golondrinas marcarían su paso al andar. Le dijeron también que parecía un pequeño Edén. Y que al cruzar un puente, se sentiría valiente, por haber caminado sobre un lago, a veces furioso, a veces calmo. Decidida dijo "Iré a buscar el paraíso".



Llegó a aquel departamento y anduvo por sus calles. Preguntó por el paraíso, le dijeron: -"Está en medio del lago". En carro cruzó un puente, y llegó a la isla mayor. Donde hay calles coloridas, y ¿por qué no decirlo? Venden la mejor pizza. Alrededor de toda la isla, hay un cordón de concreto, en donde unos caminan, otros pedalean y unos cuantos bailan a la media noche. Cuando llegó no vio a ninguno, pues el lago había crecido, inundando algunas calles, demostrando poderío.

Encontró a un lanchero, que prometió mostrarle lo más bello. En la lancha el lago atravesó, yendo de extremo a extremo. En uno de ellos, un mirador se situaba. Subió a él y encontró a más gente que la belleza de la isla mayor admiraba. Bajó, y con el viaje en lancha prosiguió. Llegó al par de islas más pequeñas. 

Animales de todo tipo: aves, cocodrilos y un jaguar que se paseaba. No hicieron falta las guacamayas, pues hasta andaban en bandada. Respiró profundamente y cerrando los ojos pensó "estoy respirando paraíso".

Yo, cruzando el puente


Cuando te acostumbras a un paisaje gris, con edificios y bullicio, parece casi una bendición llegar a un lugar donde el sonido de los animales sea la canción. Tan distinto, tan puro, tan natural. Verde, como alguna vez lo fue el lugar donde ahora, en lugar de plantas y vida; lo que reposa sobre el suelo es block, cemento y vigas. 

El departamento es Petén. La isla mayor es la Isla de Flores. El lago es el Petén Itzá. El mirador es el del Rey Canek. Y las dos pequeñas islas, conectadas por el puente, son Petencito. El paraíso se encuentra en Guatemala.

Isla de Flores, Petén. Foto de @FotosdeNatGeo en Twitter



lunes, 23 de marzo de 2015

Por qué paso tanto tiempo en el pasado.


Antes de empezar, quisiera aclarar que soy una joven con muchos arrepentimientos, y eso no está bien.

Obtuve la imagen aquí.



¿Alguna vez te ha pasado, que te encuentras feliz, viviendo el momento, cuando de repente y absolutamente de la nada, recuerdas algo que te frustra, te avergüenza o te entristece?

¿No? Qué suerte la tuya.
¿Sí? Pues déjame decirte que no estás solo.  

Honestamente creo que uno no puede dejar ir el paso así por así, muchos dicen que se trata de vivir aprovechando el momento, y nunca mirar hacia atrás. Pero en mi opinión, creo que esto es algo imposible de hacer. Por muy deprimente que suene, más de algún buen evento tuvo que haber tomado lugar en tu vida. Más de alguno. Y apuesto a que sueles recordar estos eventos regularmente. 

Pero así como el pasado pudo haber estado lleno de triunfos, seguramente también tuvo muchos fracasos, caídas, eventos que es mejor no recordar, y que son irónicamente los que algunos más recordamos. Y me incluyo porque es justamente esto lo que me sucede a menudo. Me encuentro en determinado momento pensando en algo, y luego ¡zaz!, uno de esos recuerdos llega de la nada a mi mente, y llega para quedarse y dar lata para rato. Pero, ¿qué es lo que sucede? ¿Por qué me "gusta" tanto pasar tiempo en el pasado?

No creo tener una respuesta definida para esta pregunta, pero es que nada en esta vida está resuelto, nada es seguro y nada es absoluto. Ni siquiera la nada lo es. 

Dejando de un lado esta mini divagación filosófica, que no tiene mucho que hacer aquí, regreso para intentar resolver a las interrogantes. Considero que pese a producirme vergüenza, tristeza, rencor, nostalgia, melancolía o lo que sea; el pasado de cierta forma de hace sentir viva. Por más obvio que este razonamiento sea, lo encuentro válido para contestar. Recordar el pasado me sirve para darme cuenta de mi participación en el curso de la vida y de las situaciones en las que estuve involucrada. Porque estoy segura que de haber actuado distinto, muchas cosas hubieran tomado un curso totalmente distinto, y quizás no estaría en la posición en la que me encuentro ahora. Cómoda y feliz. A gusto.

Claro que el pasado tampoco hay que tomarlo por sentado. Una de mis mañas, que aunque la considere mala y atosigante, es pensar de qué otra forma -mejor forma- pude haber actuado en determinados casos. Siempre me encuentro perdida en el pasado, pensando en mil opciones que habrían hecho de mis acciones algo muchísimo mejor y memorable. Y es ahí cuando el remordimiento y el arrepentimiento me llevan a un callejón oscuro y sin salida. Me enfurezco por no haber sabido actuar en el momento, pero luego recuerdo una cosa sumamente importante: SOY HUMANA. Los errores son algo de mi diario vivir, y tengo que aprender a acostumbrarme a ellos, a saber manejarlos, pero aún más importante, tengo que saber cómo APROVECHAR MIS ERRORES. Y creo que una vista al pasado, un "mirar hacia atrás" también me permite aprender a hacer esto. 

Quizás por eso me encanta vivir en el pasado (claro, sin descuidar el presente por un solo segundo), porque me hace armarme de valor para afrontar la vida de una forma mejor.

Antes de terminar quisiera decir que soy una joven con muchos arrepentimientos, pero que se está esforzando de sobremanera para transformarlos en aprendizaje, fuerza y valor.

Al iniciar dije que qué suertudo si eras de aquellas personas a las que el pasado les vale y nunca lo recuerdan. Pero al final, creo que más suertudos somos quienes sentimos al pasado atosigándonos. Porque nos prepara para enmendar el presente y encarar el futuro. 

domingo, 8 de marzo de 2015

A tí, mujer


Picture credits

Un poco tarde ya, en el Día Internacional de la Mujer, te escribo a tí, compañera de género.
De mujer a mujer, con la esperanza de facilitarte una lección, que a mí me ha costado aprender.

Aquí te va la receta para ser feliz, en un paso; simple, breve, concisa, efectiva.

Primer y único paso:

1) La única persona a la que realmente debes complacer es: a tí misma.

No pierdas el tiempo tratando de hacer feliz a alguien. O peor aún, tratando de hacer feliz a todo aquel que te rodee, sea buena o mala persona. Porque eso, amiga mía, es sin lugar a dudas imposible. Sé que dirás que en la vida de una, no sólo estamos nosotras mismas. Pues hay familia, amistades, compañeros, autoridades de cualquier tipo. Y estás en lo correcto, las hay. Pero en mí opinión, no debes tratar de hacerlos felices a todos ellos, tú eres la única a la que debes complacer.

Cuando te des cuenta de que eres realmente feliz con la forma en la que conduces tu vida, verás que los demás se contentarán. Ellos respetarán tus acciones y tus decisiones. Ellos respetarán tu felicidad.

Condúcete siendo alegre, amable y respetuosa.
No andes por la vida, ni sumisa ni pomposa.
Conócete y quiérete.
Deja de vivir la vida en obra gris,
Y atrévete a ser feliz.